7 de mayo de 2008


A veces hace falta darte de ostias para darte cuenta de las cosas que valen la pena y las que no, la cosas que dejamos perder por tonterías o por que en ese momento no estamos preparados para afrontar la situación. Siento que en mi vida he perdido lo más bonito que podía haber tenido, y todo por cabezona, no concibo la nueva vida, y me acuerdo de lo que ahora no debería acordarme. Quizás he cambiado pero tarde. o quizás no sea tarde y me valga para mi nueva etapa, pero no para de dolerme el corazón, cuando te das cuenta que has estropeado algo que realmente valía te duele con más fuerza. Es una deuda por idiota la que tengo con ese tema, pero me di cuenta tarde. Sigamos los caminos como mejor podamos, pero siempre estará ahí el recuerdo de mi vida, aún será verdad y aunque no lo quiera, aún moriremos el mismo día.

2 comentarios:

haThus dijo...

Las cosas que valen la pena, las llevamos dentro. No hay nada fuera de nosotros que merezca una sola de nuestras lágrimas, aunque a veces nos hagan derramar miles de ellas. Eso demuestra una vez más, que el hombre no es un ser racional. Y no vale la pena hachar de menos algo que ya pasó porque con ello no haremos que vuelva. La vida siempre va hacia adelante (según se mire) y los caminos son inescrutables, nunca se sabe dónde van a ir a parar, por más que nos creamos dueños de nuestro propio destino. Una amiga me dijo una vez que en la vida se trataba de abrir y cerrar puertas, yo prefiero abrirlas y dejarlas entreabiertas para que el aire corra libremente. En fin, que palante y pelillos a la mar, jajaja. Y suerte con tu nuevo trabajo, que ahora estrenas de todo, jajaja.

Anónimo dijo...

Merci, si siempre para adelante, pero es normal que se piensen las cosas cuando tenemos bajones de moral y cuando estás solo, bueno en fin. saludos pa ti tambien jajaja, aduuuuuuuuu.