8 de abril de 2011

Superación



Como he tardado en acostumbrarme a ti, a la blanca soledad de mi habitáculo humilde, a la ausencia del fragmento mágico que pronunciaba tu boca, a la lluvia de horas quietas.

Quizás en el miedo del comenzar descubrí mi valía, mi fortaleza fresca como moras salvajes que crece entre zarzales, quizás mi ilusión por notar la caricia del sol crezca más intensa dentro de mi yo y la luz comience a traspasarme fuerte, más fuerte que el cemento seco, puede que sea eso, el triunfo por obligación a superar lo alejado,

a los ecos de la casa en silencio, es por eso solo es por eso que siento que no quiero más estaciones frías, no quiero que se apaguen las bombillas de mi espacio neonato,

ahora que he logrado renacer, ahora que apenas estoy empezando a tejer mi nuevo mundo, ahora solo quiero que estallen bombas de risas, mi presente y mi mañana con su libertad. Hoy por hoy la alegría ha entrado por mi ventana y yo con un ramo de felicidad le he dado la bienvenida.

ANA MARÍA MANZANARES.

5 de abril de 2011


Que cruel amor que camina por mi senda en llamas, lo perdí entre la multitud que gritaba, entre copas rotas de vino, entre sollozos cansados,

se alejó de mi alma que miraba triste frente al espejo observando mi cuerpo desnudo simplemente, simplemente un cuerpo.

No llegamos a cruzar los ríos que nos propusimos, las zarzas nos dejaron llagas, el sol apenas nos miraba, las flores sin aroma florecían cada mes de mayo

y nosotros nos mirábamos de espaldas, y mi boca quedó recordando tus besos, en mi recuerdo vivía oculto algo que desde tan lejos cortaba mi corazón en mil pedazos añorados de ti, mi parcial sordera apenas escuchaba ya mis gritos desgarrados que buscaban pasar las fronteras y llegar hasta ti.

¿Vendrías conmigo? al escuchar tal pregunta mi alma dormía en sueños de lirios ¿vendrías conmigo? al escuchar esta pregunta se descarnaba cada vez más mi criterio.

Si no fuera porque en mis labios selle el silencio de decirte te quiero, si no hiciera amnesia de tu imagen cubica, si no fuera porque te oculto tras mi mirada, hubiera atravesado el océano encendido a golpe de remo y llegado al epicentro del terremoto de mis miedos.

Recuerda que en mi silencio te quiero, y no me olvides, guardame en tus recuerdos, no pierdas mi imagen enérgica, píntame como una mariposa que pasea libre por el espacio tiempo, pero no me apartes nunca de tus recuerdos, recuerda siempre que te quiero.

ANA MARÍA MANZANARES