A penas al terminar el día, con risas y sin reproche, nos vamos con alegría a interpretar al escenario de la noche. En una sala oscura donde todo el mundo baila, un escenario perfecto el maestro ...ahora manda, y con su arte de abrir ceremonias nos hará soñar despiertos, bajo la luz de los focos olvidando nuestros desiertos. Sobre el escenario la interpretación, la obra se basa todo por improvisación, no hay guión escrito, es todo tal cual sentimos y hacemos. Vemos rostros maquillados, vemos Romeos y Julietas treintañeros, algún botón descosido, cremalleras algo abiertas, medias un poco rotas, aquella mujer que tose, un cómico deprimido, la actriz que todos admiran, el actor que va muy borracho, algunos cuantos pallasos, antifaces y bailarinas, ahora todo comienza a cobrar vida...juzguen ustedes la partida.Es una buena obra ¡ mirad el cartel que ilumina! todos ríen, alguno llora, entre aplausos y bambalinas, luces de candilejas encendidas parece que la función aún no termina, y atrás los camarines, donde la magia se esconde, actores con pánico escénico a recibir algún reproche. Entre ruidos, fotos y mucho sonido, unas buenas camareras, y no es mágico el teatro, ¡ señores pasen, pasen y vean!. Ya llega la madrugada, ha sido una gran función, acto tras acto, sube y baja el telón. La vida en poco espacio, ¡muchas gracias por venir, ustedes son los artistas! gracias por hacer que el arte no se nos pierda de vista.
