Junto al arrolluelo de aguas cristalinas se quedó dormido, la sombra de un chopo le aliviaba el calor, la hierba verde le servia de colchón, y las hadas del bosque le cantaban nanas con sus voces dulces, mientras lo cuidaban. Soñó que era brisa del mar, más tarde que era un espadachín, luego que viajaba a infinitos lugares hermosos, y soñó que en esos viajes encontraba a la más bella de las mujeres, la más inteligente, la más cariñosa y dulce mujer que hubiese podido imaginar. Feliz soñaba junto al arrolluelo, feliz fué su despertar, como feliz fué su vida después de aquel sueño, porque el habia creado un sueño, solo le quedaba empezar a construir los cimientos de aquello soñado, y ¿sabes que?, que llego a ser feliz y a encontrar su doncella, al igual que él, tú también puedes hacerlo, poco a poco y con paciencia, puedes hacerlo, y yo se que lo harás. No te rindas petit, no te rindas nunca, porque cuanto más daño sientas en la vida, tambien más fuerte te vas a hacer, es así, como siempre ha sido.
